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domingo, 31 de diciembre de 2017

MADURO CUBANIZA VENEZUELA.

Raúl Castro y Nicolás Maduro comparten confidencias durante el 13 aniversario de la creación del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), el pasado14 de diciembre en La Habana

Maduro cubaniza Venezuela a marchas forzadas.

La Asamblea Nacional Constituyente, la excarcelación de presos políticos «a conveniencia» y la designación de un militar al frente de la petrolera estatal Pdvsa son los últimos pasos en esa dirección.

«La estabilidad del Gobierno de Venezuela depende de las directrices de la dictadura cubana, a quien Maduro sigue consultando con frecuencia», recalcan a ABC dos expertos en la relación bilateral más estrecha de toda América Latina, que está llevando a la potencia petrolera a la mayor crisis política, económica, social y humana de su historia. Nicolás Maduro ha acelerado la cubanización de Venezuela que Hugo Chávez comenzó hace 19 años. Una decisión que le ha servido para mantenerse en el poder pese a la debilidad en que le dejaron las protestas del primer semestre de este año y el triunfo de la oposición en las legislativas de 2015.
«Maduro ha demostrado que políticamente es un adversario peligroso, ha logrado sostenerse en una situación muy débil», señala el exministro de Defensa venezolano Fernando Ochoa Antich. Los últimos episodios de la copia del modelo castrista han sido la creación de una Asamblea Nacional Constituyente a la cubana (no pluralista), el nombramiento de un militar al frente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) o la reciente excarcelación de presos políticos «a su conveniencia». «Nicolás Maduro libera a los presos políticos al estilo del castrismo, poco a poco, sin prisa, usándolos como instrumento político de cara a la comunidad internacional y a las fuerzas internas», sostiene el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez. El exprisionero de conciencia cubano cree que «la excarcelación a conveniencia del gobierno es una manipulación».

Secreto de Estado

Chávez conmocionó a los venezolanos cuando a su llegada al poder en 1999 decidió que «la principal fuente de su asesoría personal y del Gobierno iban a ser los cubanos. Les entregó muchas ramas del sector público y los puso como asesores militares. Generó muchas fricciones y críticas, pero se salió con la suya», asegura Javier Corrales, profesor de Ciencias Políticas de Amherst College (Massachusetts). La cifra exacta y su misión concreta son un misterio. «Es secreto de Estado, ni siquiera lo sabe el Gobierno venezolano, además muchos cubanos han huido por Colombia», afirma Sebastiana Barráez, periodista venezolana experta en Defensa. El número de asesores cubanos ha disminuido durante la presidencia de Maduro con la reducción del intercambio de petróleo por profesionales a causa de la crisis venezolana. «La compra de servicios profesionales (médicos, maestros...) por parte de Venezuela mermó de 9.500 millones de dólares en 2013 –el mayor ingreso de divisas cubano– a 6.295 millones de dólares en 2016», explica el economista cubanoamericano Carmelo Mesa-Lago. Algunas estimaciones apuntan que cuando el sucesor de Chávez llegó al poder en 2013 había 45.000 cubanos.

Pasado golpista

La infiltración de la Inteligencia cubana en las Fuerzas Armadas venezolanas ha sido determinante, según los expertos, para que la alternativa golpista no haya surgido hasta ahora en el madurismo a pesar del historial de Venezuela. «Los oficiales cubanos de contrainteligencia, con la ayuda de informantes venezolanos, en gran medida impiden que se produzca la fractura en las Fuerzas Armadas», asegura el periodista cubano Roberto Álvarez Quiñones. El general de división Ochoa Antich, que como ministro de Defensa vivió el golpe de Estado de Chávez en 1992, cree que los militares venezolanos «tienen miedo a ser descubiertos, pero aún así hay oficiales detenidos por discrepar con el Gobierno». Ochoa cree que el nombramiento del mayor general Quevedo como presidente de Pdvsa «es una manera de ir comprometiendo a las Fuerzas Armadas en el Gobierno para que la alternativa del golpe militar no se dé». Este estamento en Cuba dirige la mayor parte de la economía. En Venezuela sus funciones son cada vez más numerosas: controlan la distribución de alimentos, los precios y el flujo de importaciones.

Diferencias

A pesar de que el castrismo y el chavismo-madurismo se asemejan a marchas forzadas, aún hay diferencias. El general Ochoa cree que «Venezuela es un país rico en petróleo aunque mal administrado, donde el poder tiene un origen electoral y existen ciertas libertades, pese a las amenazas a ciudadanos y medios. La oposición mantiene un impacto muy importante en la opinión pública». Javier Corrales, estadounidense de origen cubano, define al país como «una dictadura no totalitaria», pero precisa que «su sistema no se ha cerrado del todo: todavía hay un poco más de libertad de prensa, partidos políticos organizados y las universidades siguen siendo más o menos autónomas». Aunque el profesor de Ciencias Políticas presume que el objetivo del Palacio de Miraflores es controlar todas las instituciones y llegar a «lo que ellos definen como Estado comunal».
Sin estudios académicos, Maduro se formó políticamente en La Habana. Cuando Chávez murió, los Castro sabían que era su hombre en Caracas.
ESO SE VEIA VENIR Y LO DIJE HACE TIEMPO.

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