Entradas populares

domingo, 15 de octubre de 2017

LOS MOSSOS SE FRAGMENTAN.



Agentes de los Mossos d'Esquadra, antes de la comparecencia de Puigdemont
     Agentes de los Mossos d'Esquadra, antes de la comparecencia de Puigdemont
Los Mossos se fragmentan: los agentes enfrentados dejan de patrullar juntos.
«No queremos estar en un Cuerpo que se ha radicalizado y no sigue la ley». El sector constitucionalista de la policía autonómica empieza a agruparse .
Miedo. O más que miedo. Terror a que te señalen, a que te marquen, a que te expedienten. Así se sienten muchos Mossos d’Esquadra con la deriva secesionista y el incumplimiento de leyes o de órdenes de los tribunales al que les han abocado sus mandos. Ninguno quiere dar su nombre verdadero, ni siquiera que aparezca la unidad en la que trabaja. Todo un síntoma.
ABC ha hablado con tres destinados en diferentes lugares (los tres en la provincia de Barcelona). Una de las conclusiones es la enorme división que se vive en el Cuerpo. La otra, que si les dan una alternativa están dispuestos a irse. De hecho, ya han empezado a informarse y a agruparse. Ellos creen que el sector constitucionalista supone al menos un tercio o más del total de agentes (casi 18.000). El cálculo, en cualquier caso, no es sencillo.

La discrepancia

Marcos (nombre ficticio) no es catalán. Está destinado en Seguridad Ciudadana. Lleva más de una década en el Cuerpo, vistiendo su uniforme con orgullo. No le gustaba nada lo que estaba pasando, pero lo del domingo 1 de octubre ha colmado su vaso. «Mis propios jefes uniformados llevan la estelada en la muñeca, en un pin, en un bolígrafo. Es vergonzoso y más todavía que el sargento que tienen por encima no les reconvenga. Somos policías». Cuenta que en las furgonetas hay gente que ha dejado de patrullar junta, separados independentistas de los que no lo son, dado el grado de enfrentamiento. «Vamos con pistola. Estos días noto el odio de algún compañero, la provocación continua».
María, también nombre falso, trabajó el día del referéndum ilegal y volvió a hacerlo el de la manifestación por la Constitución. «Hay compañeros que no me hablan. Esa es mi bandera –nos cuenta ante los centenares que se agitan ante nuestros ojos en Vía Laietana– y no entiendo que la repudien. Pero es normal que nos llamen perros y pidan que vayamos a prisión. El otro día nos lo ganamos a pulso». Un tercer compañero le da la razón mientras se intercambia insignias con un policía nacional de la UPR llegado de Málaga. «Yo no me escondo. Soy Mosso, soy policía», dice con la mirada firme mientras decenas de personas lo abuchean y callan al instante al verlo de servicio plantado junto al policía.

El referéndum ilegal

«Yo sabía que no íbamos a cumplir, que todo era una trampa. En seguridad ciudadana cuando hay un operativo de este tipo en los días previos se prepara, se nos dan las pautas a seguir. En este caso se nos dio el briefing a las seis de la mañana. Nos repartieron cuatro hojas y unas actas con las pautas de actuación. Llegamos a la central y nos retiraron el vehículo que teníamos asignado. Nos metieron en un furgón con otros tres compañeros y nos llevaron a un colegio electoral. Allí había más de seiscientas personas ya. Nos estaban esperando».
«Mis propios jefes uniformados llevan la estalada en la muñeca, en un pin, en un bolígrafo. Es vergonzoso»
«Si mañana se abre una pasarela (hacia la Guardia Civil o Policía Nacional), voy el primero aun cobrando menos»

Marcos se enfurece al recordar la bufonada. «Me sentí manipulado. Se comunicó a la Sala que había tanta gente pero ahí no vino nadie. Nos tiramos 13 horas allí plantados. Nos dijeron que si veíamos polícias o guardias civiles o de paisano que avisáramos. Esto es lo último, pensé. Ahora quieren que hagamos de chivatos». Dice que con lo que vio el domingo no quiere que su hija crezca en una sociedad en la que se vulneran derechos. «Mi hija guardó un minuto de silencio en el colegio por la actuación de Policía y Guardia Civil», cuenta a ABC.

La alternativa

«Queremos que Interior vea la radicalización a la que ha llegado este Cuerpo», subraya Marcos. «Hay muchos compañeros no afines a esta instrumentalización». No quiere dar detalles de cómo están actuando, pero sí confirma a ABC que se están agrupando mediante varias vías para ver qué pueden hacer. De momento están contando con apoyo de policías nacionales y guardias civiles. A la pregunta de si estaría dispuesto a cambiar de uniforme ni se lo piensa: «Si mañana se abre una pasarela, voy el primero aun cobrando menos». María y su compañero también se sienten encerrados. Y lo explican de forma muy gráfica. «Nosotros trabajamos en la calle. Qué leyes vamos a cumplir si se declara la independencia. Cuando te pasas ocho días con personas que ven normal cosas que no lo son… A mí me da miedo pensar que hay policías que tienen la realidad tan distorsionada». «Los que pensamos distinto, si esto no se arregla, no vamos a tener cabida».
ES UNA PENA Y TODO POR UNOS SEPARATISTAS QUE HAN SEMBRADO EL ODIO EN LA SOCIEDAD.

No hay comentarios: