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viernes, 22 de septiembre de 2017

¿CÓMO SERÁ EL MUNDO EN 15 AÑOS?


¿Cómo será el mundo en 15 años?

¿Cómo será el mundo en 15 años?


La última carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates vaticina cómo será la vida de los más pobres en 2030

Pero, ¿qué opina nuestra red de expertos del contenido? Estas son sus respuestas

Uno de los eventos anuales en la agenda del desarrollo es la carta que publica a principio de cada año la Fundación Bill y Melinda Gates, en la que la institución filantrópica plantea cuál es el objeto de sus preocupaciones y sus líneas de trabajo y de sus fondos para los siguientes meses. En la correspondiente a 2015, el Año Europeo del Desarrollo y en el que se decidirán —en septiembre si se cumple la agenda planeada— los Objetivos de Desarrollo Sostenible para los próximos 15 años, el matrimonio proyecta cómo será el mundo pasado ese tiempo. Según ellos, la vida de los habitantes de los países pobres del planeta mejorará como nunca antes, las muertes de niños se reducirán a la mitad y se erradicarán más enfermedades que nunca, y África tendrá capacidad para alimentarse a sí misma, entre otros pronósticos. Su "gran apuesta de futuro", como titularon el texto, es facilitar que el mundo llegue a ser ese lugar mejor que vaticinan que será.
En Planeta Futuro, hemos preguntado a 10 destacados miembros de nuestra Red de Expertos qué opinan sobre los pronósticos y actuaciones que anuncia la Fundación Gates, cuál es, en su opinión, la utilidad de la contribución de instituciones filantrópicas como la que presiden Bill y Melinda Gates y, sobre todo, cómo creen ellos que será el mundo en tres lustros. Estas son sus respuestas a esas tres cuestiones.

"Ni la pobreza ni la riqueza están garantizadas en el futuro"

Alberto Virella, director de Cooperación con África y Asia de la Aecid
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Es un mensaje positivo pues contribuye a que sus destinatarios tomen conciencia de los progresos en la lucha contra la pobreza, es decir, que no ha lugar al fatalismo cuando hablamos de países pobres y de sociedades donde hombres y mujeres carecen de lo más básico en términos de salud, alimentación y educación. No está escrito en ningún sitio que seguirán en esa situación, generación tras generación. No hay situaciones estáticas ni permanentes cuando analizamos a las sociedades. Nada está garantizado en el futuro: no lo está la pobreza, y tampoco la riqueza.
Los avances alcanzados en el siglo XXI demuestran que es posible lograr muchas mejoras. Por lo tanto, la toma de conciencia y la movilización de esfuerzos, cuantos más, mejor, sí ayuda.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo? 
Sí sirve, si se encamina correctamente. De poco ayuda, sin embargo, si vamos de salvadores de los pobres, llevándoles las soluciones, las fórmulas y las vacunas, ofreciéndoles (¿a qué precio?) la tecnología y las patentes. El paternalismo, en fin, no ayuda. Lo que más ayuda es reconocer que quienes viven en la pobreza son personas, es decir, son sujetos, no objetos de nuestra caridad, ni siquiera objeto de nuestra solidaridad. Echo de menos en la carta un reconocimiento claro de que esas sociedades que están progresando son los principales motores de los cambios. La mejor filantropía es la que se establece entre iguales en derechos y en dignidad, independientemente de su situación económica, cultura o etnia.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
El mundo en 2030, visto desde esta pequeña parte en la que nos encontramos, será el resultado de las dinámicas que estamos viviendo, no del todo conscientemente. Por un lado, en Europa, la dinámica del temor, del miedo a que se vaya derrumbando aquello que hemos alcanzado, el Estado del bienestar, de las prestaciones sociales públicas, de la estabilidad democrática. Este está siendo el principal objetivo de nuestras sociedades y gobiernos y, sin embargo, casi a diario presenciamos fracasos parciales, pues lo que tenemos se va cayendo poco a poco, a pedazos. Una dinámica conservadora, a la defensiva, triste pero, además, que no resulta eficaz.
Mientras, más allá de Europa, en lo que se llamaban los países en desarrollo, incluidos aquellos ahora denominados emergentes, sus sociedades y pueblos están, muchos de ellos, viviendo con intensidad y aceleración una dinámica de construcción de su futuro, no sólo para mejorar sus vidas, sino para alcanzar un nuevo contrato social. Claro está que resultante de tensiones, de intereses diversos, de dialécticas locales y de interacción con la globalización. Pura efervescencia y vitalidad, no ajena al hecho de que la juventud es la franja de población demográficamente dominante. Todo lo contrario que en Europa. Me parece evidente qué dinámica es más poderosa, quién juega a ganar y quién juega a no perder. Independientemente de que desde Occidente decidamos ser filántropos.

"El envejecimiento exigirá robustos sistemas de salud"

Leire Pajín, asesora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
En el año decisivo para el vencimiento del plazo de los ODM, podemos hacer un balance positivo en términos generales y especialmente en materia de salud. El hecho de que en 2012 murieron seis millones de niños menos que en 1990, que la tasa de mortalidad materna se haya reducido en un 45% (de 380 a 210 muertes por cada 100.000 nacidos vivos), o que 9,5 millones de personas en las regiones en desarrollo recibieran tratamiento para combatir el VIH/sida en 2012, son datos alentadores, pero que no nos impiden ver los enormes retos que tenemos todavía por delante. Como nos indica el informe anual de cumplimiento de los ODM, “demasiados países tienen todavía niveles inaceptables de mortalidad infantil y han hecho progresos escasos o nulos en los últimos años”. Además, la mortalidad materna sigue siendo una realidad inaceptable en pleno siglo XXI. Coincido con la carta en la importancia de seguir apostando por la innovación y la prevención, hoy tenemos más capacidad tecnológica y de innovación que nunca, pero la clave sigue estando, además de en la consecución de una financiación sostenida en investigación, innovación y desarrollo, en el acceso. En que los resultados de esa innovación se pongan también a disposición de las sociedades y los ciudadanos más vulnerables.
Para ello es absolutamente fundamental un compromiso político y financiero fuerte, más allá de las coyunturales crisis económicas, así como una verdadera alianza público-privada que comparta la responsabilidad y los objetivos. Los nuevos actores como la filantropía y los países emergentes deben sumar esfuerzos a las políticas públicas, las estrategias de desarrollo internacional, los países del sur y los donantes, para cumplir estos objetivos.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
La irrupción de la filantropía ha sido un elemento de enorme relevancia en la financiación del desarrollo, así como en la apuesta por la investigación y la innovación, representando su volumen, en términos proporciones en algunas ocasiones más que muchos donantes tradicionales. Ahora bien, es fundamental acabar de encuadrar el papel de la filantropía y del sector privado en el desarrollo, como se puso de manifiesto en la diferentes consultas con el sector privado en el debate sobre la agenda post 2105, para seguir consolidando nuevos modelos de acción que transformen la realidad, movilicen recursos y compartan marcos innovadores de actuación.
Es importante destacar que tras la declaración del milenio los nuevos instrumentos y partenariados público-privados como la Alianza GAVI y el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, han empujado de forma decidida el acceso a los tratamientos y medicamentos de una buena parte las poblaciones más vulnerables.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
La tendencia al cumplimiento de una buena parte de los objetivos, sobre todo en lo que se refiere a la pobreza extrema, al VIH sida, la malaria y la mortalidad infantil, nos dan razones para el optimismo. Sin embargo, los datos macroeconómicos esconden aspectos relevantes de la multidimensionalidad de la pobreza, entre otros las enormes brechas de desigualdad en muchos lugares del mundo, creando bolsas de pobreza no incluidas en el reparto del progreso y del crecimiento económico. A este contexto hay que añadir las nuevas exclusiones y desigualdades generadas por el recorte en el estado del bienestar y de la cobertura universal en salud de varios países de la UE, convirtiéndose en uno de los retos más determinantes en la agenda post milenio el combatir la desigualad garantizando la inclusión y la cohesión social. Dentro de 15 años tendremos un mundo más poblado, y envejecido que requiera de robustos sistemas de salud, capaces de atender enfermedades crónicas costosas y de superar el reto, entre otros muchos, de garantizar la cobertura y el acceso a todos los que lo requieran, especialmente a quienes no puedan costearlo.

"Hay más actores pensando e innovando en desarrollo"

María López Escorial, profesora en el Instituto de Empresa
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Desde mi punto de vista, la carta de la Fundación Gates identifica claramente los cuatro principales frentes de avance y de actuación en la lucha contra la pobreza actualmente. Y sí creo que la vida de los habitantes de los países pobres "mejorará más rápido que nunca antes en la historia”. Mi principal duda se centra en la rapidez de la mejora. Todos los avances propuestos implican un gran cambio por parte de los habitantes de los países pobres, o en hábitos o en creencias o en forma de trabajar. Y esto es lo más difícil de conseguir aunque sea para una mejora futura. La vida de estas personas es tan vulnerable y errática que el presente condiciona cualquier planificación a futuro. Para cumplir “la apuesta”, se necesitan cambios en la forma de priorizar la inmunización, de ahorrar para tener un sanitario, ir a dar a luz a un centro, usar anticonceptivos, ir a buscar medicinas gratuitas…. Cambiar la forma de plantación o de irrigación de los campos, usar nueva tecnología, priorizar la educación adulta sobre otros quehaceres, invertir las prioridades familiares o comunitarias para dar más posibilidades que las niñas estudien…
Los cambios de hábitos, creencias o formas de trabajar requieren mucho tiempo y mucho esfuerzo tanto en recursos humanos para formación como monetarios.
La venta de sistemas de irrigación en India por parte de GEWP (Global Easy Water Products), no consiguió despegar a pesar de que generaba un incremento del 50% en el rendimiento de los cultivos y un significativo ahorro en agua y energía, hasta que la Fundación Gates invirtió una donación de 16 millones de dólares en la formación, demostración y capacitación de los agricultores en los beneficios del riego por goteo. Hasta ese momento, la forma de riego de los agricultores indios sólo era por inundación por lo que la técnica de goteo generaba gran recelo a pesar de la promesa de grandes ventajas futuras.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
Y ahí es donde entra el papel principal que debería tener la filantropía desde mi punto de vista. Los fondos filantrópicos no están tan condicionados en la obtención directa de objetivos cuantificables a corto plazo como los de cooperación. Aunque siempre deben tener unas metas de consecución en el tiempo, los fondos filantrópicos por su propia naturaleza pueden soportar más riesgo y un mayor lapso de tiempo en la consecusión de resultados y por tanto son clave para ayudar a las empresas sociales a financiar las primeras etapas de mayor incertidumbre y riesgo, para financiar investigación tanto sobre productos, como barreras de entrada o formas de uso, o para generar conocimiento sobre el uso o beneficio de un determinado producto o innovación.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Sí creo que el mundo dentro de 15 años será mejor y habremos logrado realizar grandes avances en la lucha contra la pobreza en las líneas que apunta el informe. Existen un mayor número de actores (gobiernos, ONGs y multilaterares pero también la empresa y fundaciones privadas con grandes recursos), con nuevas habilidades y formas de pensar sobre el desarrollo. Mayor conocimiento del consumidor e interés en unir esfuerzos para atajar el problema. Mayor volumen de fondos y fondos sostenibles por involucrar a los clientes de al bases de la pirámide a aportar en su solución tanto desde el punto de vista de su rol de clientes como proveedores.
Y sobre todo mucha gente, empresas e instituciones involucradas con muchas ganas y nuevas formas de ver la solución innovando en la base de la pirámide.

"Urge proteger el planeta que habitamos"

Mercedes Ruiz-Giménez, Presidenta de la Coordinadora de ONG de Desarrollo
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Efectivamente, tal como se señala en la carta, podría reducirse el porcentaje de la población mundial que vive en pobreza extrema del 17% actual al 4%; siempre y cuando se pongan en práctica políticas decisivas en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y el cambio climático. Si esas políticas no se llevan a cabo, corremos el riesgo de aumentar los niveles de pobreza de manera escandalosa: en 2030, una de cada tres personas en el mundo viviría con menos de dos dólares al día y las desigualdades serían cada vez mayores y más complejas de resolver. Ese aumento de la pobreza sería el primero en una generación, desde el año 1993.
Ya no podemos hablar de un mundo divido geográficamente en dos. Informes sobre desigualdad -como el recientemente realizado por Oxfam- demuestran que ya no hay países pobres y ricos, sino una minoría brutalmente enriquecida a costa del empobrecimiento progresivo y salvaje de la mayoría de la población mundial. El 70% de la población pobre vive en países de renta media. Por tanto, el punto de partida de los análisis debe situarse en un contexto global.
Dicho esto, hemos de concluir que la innovación no es la única solución. Es cierto que puede ofrecer grandes aportes a la mejora de la vida de las personas, pero también lo es que debe venir acompañada de sistemas públicos reforzados que garanticen los derechos humanos; debe venir de la mano de de sistemas de producción responsables que no expolien los recursos del planeta ni alimenten conflictos. Los retos son enormes y han de abordarse desde distintos frentes.
El acceso a aplicaciones que permitan prever la climatología de una zona y apoyar a la agricultura puede ser una buena contribución; pero de poco servirá si no se consigue garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos, el control del cambio climático (que los países más industrializados incrementan en gran medida), la paralización del acaparamiento de tierras o el expolio de los recursos naturales de amplias zonas del planeta. Cuestiones estas que solo pueden impulsarse a través de políticas internacionales y nacionales que afronten causas y responsables.
De igual modo sucede con la sanidad o la educación; no pueden ser garantizadas solamente a través de aparatos tecnológicos, porque estos son muy poco si no cuentan con sistemas sanitarios y educativos fortalecidos que garanticen el acceso de las personas a estos derechos de manera universal. Es importante destacar en este sentido la desigualdad tan escandalosa en la que se encuentran las mujeres en el mundo (independientemente del país en el que vivan) a la hora de ejercer sus derechos. El 70% de la población pobre es mujer; el acceso a la educación o a la sanidad está limitado para millones de mujeres y niñas en el mundo; los salarios que reciben son inferiores a los de sus pares hombres. Una situación tan extrema no puede solucionarse solamente a través de la tecnología.
En cuanto al acceso de la población al sistema bancario, más allá de garantizarlo a través de la banca digital (que puede ser muy interesante), el foco debería situarse en los valores y formas de actuación que guían a los poderes financieros. No olvidemos que la crisis que venimos arrastrando a nivel mundial desde 2008 se generó precisamente a consecuencia de un producto financiero (las hipotecas subprime) y que en nuestro país más de 250.00 desahucios han sido ejecutados desde 2008, dejando sin hogar a miles de familias. Por no hablar de los paraísos fiscales en los que muchos de estos bancos sitúan sus sedes para evitar el pago de impuestos.
La responsabilidad ante tales circunstancias va mucho más allá de una responsabilidad individual. Aunque esta es importante, no puede, en ningún caso, ser la única que reclamemos. Las responsabilidades son múltiples y atañen a instituciones internacionales, gobiernos, empresas transnacionales, sector financiero, etc.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
La solidaridad de las personas puede traducirse de múltiples maneras; una de ellas, la filantropía. En ese sentido debemos valorarla positivamente. Ahora bien, el apoyo de instituciones como la Fundación Bill & Melinda Gates tiene valor en la medida en que complementa a las políticas públicas. La filantropía es insuficiente si no existen políticas públicas que garanticen los derechos de las personas desde la perspectiva de justicia social global. En cuanto a la cooperación, es una política pública que debe ser garantizada, en primer lugar, por los Estados, tal como ocurre con otras relativas a salud, educación, género o medioambiente.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Estamos viviendo un momento histórico en todos los sentidos, un cambio de época que viene marcado por las exigencias de una ciudadanía mundial -que está utilizando la innovación de manera democrática- para reclamar un inmediato giro de timón. Tenemos la oportunidad de cambiar radicalmente de dirección y garantizar, en los próximos años, un mundo mejor para todas las personas que lo habitamos. Y eso pasa inevitablemente por una serie de cuestiones que, a nuestro modo de ver, sin ineludibles.
En primer lugar, este cambio de rumbo exige acabar con la pobreza y la desigualdad en todas sus formas y en todos los países. Cuestiones que exigen, entre otras cosas, el establecimiento de un sistema fiscal redistributivo de carácter global. Y exige, sobre todo, atacar las causas de la pobreza y la desigualdad, lo que implica cambios radicales en políticas económicas, comerciales, migratorias, sociales, etc. No podemos seguir atribuyendo la responsabilidad exclusivamente a la política de cooperación; todas la políticas deben ser definidas desde analizando el impacto que causan en el desarrollo.
Urge garantizar la sostenibilidad ambiental y proteger el planeta que habitamos; el sistema actual ha demostrado ser incapaz de resolver las necesidades reales de las personas. No podemos continuar defendiendo el crecimiento económico como solución a los enormes retos que afrontamos. Es urgente un cambio del sistema.
Si algo ha de guiar el camino hacia nuestro futuro es la defensa de los derechos humanos en todos y cada uno de los países del planeta. No pueden exigirse derechos humanos en un tercer país cuando no es garantizada en el propio. Y tiene que apostar por la equidad de género porque no hay desarrollo posible mientras el 50% de la población continúe sufriendo una sistemática violación de sus derechos por el mero hecho de ser mujer.
El cambio pasa también por la creación de mecanismos que obliguen a los gobiernos a cumplir sus compromisos mediante herramientas claras de transparencia y rendición de cuentas y de participación ciudadana. Contamos con millones de jóvenes con una enorme preparación y con esperanzas en participar en su propio futuro y construir conjuntamente sistemas democráticos que garanticen los derechos humanos. Contamos con tecnologías, avances científicos y conocimientos colectivos que nos ofrecen enormes posibilidades para generar esos cambios.
Lo que sea el mundo de aquí a 15 años dependerá en gran medida de la capacidad que las instancias políticas tengan para dar ese giro de timón que la ciudadanía mundial reclama. Como viene demostrando la Historia, las poblaciones suelen ir muy por delante de sus dirigentes. Esperemos que en este momento estos sean capaces de responder a lo que la ciudadanía le reclama. De ello depende nuestro futuro como Humanidad.

"Entre libertad y seguridad, se elegirá más seguridad"

Miguel Aballe, físico y director de la Asociación de Latas de Bebidas
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Sin duda, optimista. Aborda muchos temas relacionados con la mejora en las condiciones de salud de los habitantes de regiones pobres que, evidentemente, y aunque no al ritmo que debieran, van mejorando. Son parámetros relativamente fáciles de medir y que objetivamente mejoran de modo regular. En cuanto al mejor acceso a las tecnologías de internet y de la información en general, también va a suponer una mejora evidente. Parece increíble el grado de atraso que aún se puede encontrar en países cuya riqueza global es mucho mayor que la de sus habitantes en comparación con las sociedades más avanzadas.
Por el hecho de no entrar prácticamente en cuestiones políticas creo que Bill y Melinda Gates dejan de lado el freno que supone al desarrollo la situación política tan compleja a nivel internacional. Por una parte no hay evidencia de que disminuyan las desigualdades sociales y económicas, ni en los países ricos ni en los pobres, y tal vez obvian que el acceso a la información no siempre se transpone en mejora de las condiciones de vida, y sobre todo de educación. Hay que reconocer que 2030, aunque para muchas cosas está muy cerca, para valorar las posibles mejoras sociales puede ser muy lejano. Sin duda el punto crucial es la mejora en la educación, porque el resto de mejoras se van produciendo de forma natural con el avance de la ciencia y la tecnología - como los ejemplos que ponen de las vacunas o los smartphones- , pero el avance de la educación choca pronto con la política, la desigualdad, el abuso de poder, y esos aspectos no estamos tan seguros de que vayan mejorando, por lo menos no al ritmo de las otras cuestiones.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
Sin duda es encomiable que las personas que han llegado a la cúspide material se preocupen del bienestar del resto de la humanidad. Algunos proyectos, de hecho, sólo los pueden abordar quienes están en condiciones de llevar a cabo acciones globales. Con todo el mérito que tiene, a mí personalmente me impresiona más la filantropía a pequeña escala, la de las personas que dedican su esfuerzo y tiempo a ayudar a los demás sin que se sepa.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Me gusta mirar hacia atrás para tratar de ver cómo será hacia adelante ¿Cómo estábamos hace quince años y cómo estamos? Desde el punto de vista médico y tecnológico sin duda se ha avanzado muchísimo (no hay más que ver cualquier parámetro medible), pero socialmente los avances han sido más bien moderados. Si ahora cambiamos de dirección y miramos a 2030, es previsible que estemos mucho más cerca de resolver el problema de las fuentes de energía. El parón temporal que ha supuesto la crisis económica que está terminando, y el menor parón que supone la caída actual de los precios del petróleo sin duda vendrá seguida de una nueva escalada, que probablemente nos encontrará mejor preparados para dar un impulso a las energías renovables - de hecho se ha dejado temporalmente de invertir a escala industrial pero no de investigar - con lo que el tiempo desde el laboratorio hasta la calle previsiblemente será mucho más corto. En la adopción de medidas contra el cambio climático posiblemente en los cinco próximos años veremos un impulso, tal como preconiza el IPCC, por lo que estaremos en mejor situación que ahora, aunque eso no quiera decir que no se sufran consecuencias, si no en 2030 posiblemente en 2060, por la demora que supone cualquier acción a escala global. Con todo eso, no veo que las diferencias sociales vayan a disminuir, ni que los peligros para la civilización vayan a desaparecer. Es probable que las diferencias se agranden, y que asustada por la dimensión de los peligros ligados a esa mayor desigualdad, la humanidad ceda en la controversia libertad-seguridad eligiendo más seguridad.

"Mantener los avances dependerá de la voluntad política"

Miguel Forcat, economista. Trabaja para la delegación de la Unión Europea en Marruecos
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Considero que la carta anual de la fundación está bien escrita y documentada. Creo además que es certera. Me gusta su enfoque optimista. Pienso que la situación del mundo en 2030 dependerá también de la voluntad política internacional. Y no sólo me refiero a la de los países en vías de desarrollo sino, también, a la de occidente. Conflictos como el recientemente acontecido en Ucrania causan que fondos que inicialmente iban destinados a proyectos de cooperación se desvíen a proyectos bélicos.
Creo que para conseguir un mundo mejor en 2030 es necesario invertir en tecnologías, por supuesto. Pero también en el cuidado del medio ambiente. Hay que poner especial énfasis en el acceso universal a la salud. Y, quizás lo más importante, hay que invertir en educación de calidad y para todos. Por último creo que merece una mención especial el apoyo y el fomento del respeto a las minorías.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
Entendamos la filantropía como "la ayuda que se ofrece al prójimo sin requerir una respuesta o algo a cambio" y tomemos un ejemplo: Si necesitamos ser sometidos a una intervención quirúrgica, nos ponemos en manos de un profesional al que pagaremos por su servicio. Ese pago que realizamos asegura al médico poder vivir de su trabajo, le permite formarse como profesional y nos asegura a nosotros un resultado óptimo para nuestra operación.
Los problemas a los que debe enfrenarse el mundo de la ayuda al desarrollo son particularmente complejos. Para poder solucionarlos son necesarios profesionales especialmente capacitados para ello. Si queremos una ayuda al desarrollo eficaz, es necesario que ésta sea llevada a cabo por profesionales. El salario de éstos últimos asegurará un resultado óptimo de la ayuda al desarrollo implantada. En ese sentido estoy a favor de la filantropía siempre y cuando esta sea un complemento a la cooperación profesionalizada.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Se han conseguido importantes logros en los últimos tiempos. Hay que definir la visión futura del mundo en función de esos logros. A partir de ahora habrá que luchar por mantenerlos y por seguir avanzando en la misma dirección. Desde mi punto de vista, si esto será posible o no dependerá mayoritariamente de la voluntad política. Concretamente, en lo que a relaciones internacionales se refiere. Con una correcta actuación del colectivo político internacional, en 15 años tendremos un mundo con menos diferencias entre ricos y pobres y más respetuoso con el medio ambiente.

"Un sistema de cobertura universal de salud será central"

Rafael Vilasanjuán, director del Laboratorio de Ideas del Instituto de Salud Global (ISGlobal)
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Los avances de los últimos 15 años en materia de salud son incuestionables. Las políticas de inmunización o las estrategias de prevención en el ámbito de la malaria, el sida y la tuberculosis han logrado reducir la mortalidad infantil, por poner un ejemplo, enormemente. La innovación ha sido fundamental pues ha permitido desarrollar nuevas tecnologías y medicamentos que han permitido estos avances y, en este sentido, si mantenemos la innovación podremos seguir avanzando hacia los objetivos que aún no se han conseguido.
Pero si queremos lograr los objetivos planteados para 2030 es importante recordar que el desarrollo es un compromiso compartido por todos. Solo con el apoyo de la filantropía, no lo conseguiremos. Es fundamental que el sector público mantenga e incremente los esfuerzos en este sentido. Si no, nunca alcanzaremos las metas que se fijen para 2030.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
En el ámbito de la salud, la irrupción de la filantropía a gran escala ha supuesto el desarrollo de nuevas soluciones. La principal aportación ha sido en el ámbito de la innovación: se han desarrollado nuevas tecnologías, nuevos medicamentos y nuevas herramientas que han potenciado una medicina de mayor calidad para personas que antes quedaban excluidas. Aunque algunos de estos medicamentos todavía están en proceso de desarrollo, se ha avanzado enormemente.
Hay que tener en cuenta, además, que han sido plataformas como la Alianza GAVI y el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, en las que participa tanto el sector público como el privado y en gran medida la filantropía, las que han potenciado que las poblaciones más vulnerables puedan tener acceso a los medicamentos que necesitan.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Como se apunta en la carta anual de la fundación Gates, todo parece indicar que en el ámbito del desarrollo es probable que en los próximos 15 años se logre avanzar en algunos terrenos fundamentales como la reducción de la mortalidad infantil o la eliminación de enfermedades como la polio. Sin embargo, aunque las brechas de inequidad entre países tienden a reducirse, la desigualdad aumenta –y de forma creciente- en el ámbito nacional. Donde antes hablábamos de países ricos y países pobres, ahora hablamos de poblaciones que tienen acceso y poblaciones que no tienen acceso, y eso pasa en los países pobres y también en los ricos. La protección del individuo a través de algún sistema de cobertura universal de salud o mecanismo similar será central y fundamental si queremos contener este incremento acelerado de la desigualdad.

"Será un mundo mucho más líquido"

David del Campo, director de Cooperación Internacional de Save the Children
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Me parece valiente por parte la fundación por dos razones: una, por crear un diálogo amplio y sin límites con expertos y, por otro lado, por escribir una carta en 2015 con la mirada puesta en 2030. Que este ejercicio de reflexión de largo plazo venga de una fundación del sector privado dice mucho (a su favor) de su forma de estar y entender el mundo.
Comparto el análisis de los avances y la necesidad de contar con el mismo para definir la hoja de ruta de los próximos 15 años. Sin duda, el eje de la innovación como elemento imprescindible es el valor añadido y el liderazgo que la fundación puede aportar en los próximos 15 años. El marco de la innovación como una forma de estar y entender el mundo es tan urgente como imprescindible para consolidar y lograr nuevos avances.
La parte más débil (o menos valiente) de la carta es seguir dejando espacio de duda a las consecuencias del cambio climático. Tan innegables son los avances de estos últimos 15 años como que la principal amenaza de los próximos 15 son los efectos del cambio climático. Hace unos años cabía aceptar posiciones más moderadas, pero hoy las evidencias científicas del ICCP sólo pueden ser discutidas por intereses que nada tienen que ver con los expresados en la carta.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
Por supuesto que sirve. Hay capacidades y fortalezas que deben ser consideradas bienes globales. Articular su acceso es clave. Ser capaces de pensar y acordar juntos retos y responsabilidades es imprescindible para llegar a 2030 con avances superiores a los logrados en 2015. La innovación exige talento y experiencia y en el sector privado gran parte de ese talento y experiencia aún es inaccesible. Ese es el reto de la filantropía para los próximos años.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Será un mundo mucho más líquido. Los procesos de transformación serán más rápidos y exigirán mayor capacidad de adaptación para que ciertos avances no tengan como consecuencia generar nuevas brechas y lejos de ser una oportunidad se conviertan en una amenaza para la infancia. La infancia se beneficiará de los avances pero también se verá afectada por los retrocesos. Cuando pensamos en el mundo dentro de 15 años debemos hacerlo mirando los niños que hoy tienen 2 años. Son ellos los que deben influir en nuestras decisiones y no la visión a corto plazo.
Las consecuencias derivadas del cambio climático, como la aparición de nuevas enfermedades o el aumento de la temperatura, modificarán los actuales escenarios que definen el mundo. En mi opinión habrá dos posibles nuevos escenarios; bien un “apartheid” global hacia aquellos países que no colaboren en reducir las emisiones de CO2 (el deseable) o un mundo que regresa a una Guerra Fría por razones del cambio climático.

"La educación debe llegar hasta lugares insospechados"

Ana Lima, presidenta del Consejo General de Trabajo Social (CGTS)
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
Creo que es importante que tengamos una visión de futuro vinculado al progreso y al bienestar, es necesario que nos marquemos objetivos de avance integral en cuanto a sostenibilidad y desarrollo humano. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de acciones centradas en África, que es el continente con los más bajos índices de desarrollo social y económico. Por ello, es más fácil conseguir avances en países pobres que en el resto de países.
Para mí el reto sería mejorar las cosas de manera global, en todo el mundo. Creo que no es cuestión sólo de escepticismo pensar que las cosas solo van a peor, sino que depende del contexto de cada uno de nosotros: es decir, desde dónde nos situamos para hacer esa valoración. Por ejemplo, si nos situamos en España, es fácil pensar que los derechos sociales sufren una involución, por tanto sería un reto hacer que Europa avanzase y no sólo que avance África. Sería oportuno buscar un equilibrio, pero no a costa de que Europa retroceda.
Por ello, considero que la búsqueda del equilibrio es importante, se trataría de mejorar y avanzar en los países pobres y no involucionar en los países desarrollados.
Parece que el proyecto tiene muy buenas intenciones, sin embargo creo que se queda a nivel macro y no baja a lo micro social. Por otro lado, solo habla de solidaridad privada y no implica a los gobiernos. Creo que sin esa implicación es difícil que se consiga.
En algunas cuestiones sí, puesto que el desarrollo científico y tecnológico debería estar al servicio de las personas y romper las barreras físicas. No obstante, creo que para que puedan conseguirse unos sistemas sanitarios sólidos es fundamental que se impliquen los gobiernos y sus políticas sociales, abriendo el paraguas de protección social. Es difícil concebir que sólo con la filantropía se puede encontrar la igualdad social.
Por otro lado, menciona donaciones de las industrias farmacéuticas para salvar millones de vidas, es decir que millones de vidas dependería de la filantropía de estas industrias y sin embargo no se cuestiona la política de precios y el monopolio que sufrimos de mano de esa industria. La clave esta en el acceso a vacunas por parte de las personas pobres de todo el mundo como un derecho en el que no cabe la especulación como negocio.
También en la agricultura se basan solo en la forma de cultivar y el tipo de cultivo o en el aumento de la productividad, pero se obvia el como se especula con los alimentos en el mundo, quedando estos a disposición de grandes políticas financieras y comerciales que no deberían contribuir a crear más pobreza y hambre en el mundo. Es decir, es necesario no solamente procurar una mayor producción, sino que lo que se produzca esté bien distribuido y haya alimentos en la mesa de todas las personas.
Por otro lado, me genera inquietud que se plantee que una de las soluciones sería el acceso masivo al crédito, ya que habría que evitar el endeudamiento excesivo y la crisis con el argumento de que viven por encima de sus posibilidades.
En cuanto a la educación, es incuestionable que las tecnologías deben hacer superar barreras y distancias, evitar el aislamiento y que las niñas y adolescentes accedan a la educación en las mismas condiciones.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
Si, creo que la filantropía es muy importante y tal como se plantea puede ser un motor impulsor de muchos cambios, pero no sola. Debe ser complementaria a las acciones de los gobiernos, es importante centrar el discurso en los derechos humanos, en la obligación que tienen los gobiernos de contemplar esa perspectiva desde compromisos en políticas sociales claros que contengan participación ciudadana.
El proyecto se basa en el individualismo y la solidaridad privada, no contempla acciones de ciudadanía civil, ni política ni de los gobiernos, creo que sin un compromiso político claro es difícil conseguirlo. Ese compromiso debe basarse en políticas sociales de protección social, participación ciudadana y democracia.
Habría que buscar centrar también las medidas en una fiscalidad equitativa y en una protección social que garantice la sanidad, la educación, los servicios sociales, las pensiones y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
Si me centro en África, creo que podría ser mejor siempre y cuando hay una implicación de más actores que las empresas, fundaciones y personas de manera individual, creo que deja pasar por alto a los gobiernos y la garantía de derechos y protección social, la ciudadanía organizada y la idea de lo común en los diferentes actores.
Por otro lado, es importante tener en cuenta cambios profundos en las grandes empresas intervinientes como por ejemplo que los laboratorios deberían tener una política de precios y distribución más justa y accesible y no solo esperar de ellos que donen medicamentos en stock algo similar, asimismo los sistemas financieros y comerciales no deben especular con los alimentos, etc.
Hay que apostar por el Bienestar Social y sus sistemas de protección y que sean extensibles a nivel global, ya que hasta el momento solo se ha desarrollado la globalización económica de los mercados, teniendo consecuencias muy negativas en el desarrollo humano y social, debe haber un equilibrio.
La tecnología debe estar al servicio de las personas y apostar por el desarrollo humano para romper barreras de comunicación y procurar el avance social, pero eso también implica la creación de infraestructuras por parte de los gobiernos, es importante que la información, la comunicación propicie que la educación llegue a lugares insospechados. Pero también hay que trabajar otras cuestiones, como las culturales que entrañan avanzar en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, no todo es una cuestión económica, los cambios culturales se dan de una manera más lenta que los tecnológicos o los normativos.
Las política de ayuda desde la cooperación es importante y necesaria, pero no debemos olvidar que debe ser sólo complementaria a las acciones de los gobiernos que son los responsables de garantizar el bienestar a sus poblaciones a través de políticas sociales justas y salarios dignos. Los Derechos Fundamentales de las personas no deben depender de la filantropía de las grandes empresas que, por un lado generan desigualdades y, por otro hacen donaciones para los pobres.
Personalmente tengo dudas de sus motivos, dudo de si solo lo hacen por compasión o es por evitar estallidos y revueltas sociales debido a la gran injusticia que se vive en el mundo y la gran desigualdad generada por el sistema neocapitalista, es decir que sea una manera de control para que no cambie nada demasiado, solo que avance un poco.

"Será como queramos que sea, depende de nuestra voluntad"

Javier Martos, director ejecutivo de UNICEF Comité Español
¿Qué opina de la carta anual de la Fundación Bill y Melinda Gates?
La carta traslada un mensaje fundamental con el que no podemos estar más de acuerdo: ES POSIBLE seguir consiguiendo cambios reales en las vidas de millones de personas en todo el mundo. La Humanidad ha conocido grandes logros en las últimas décadas (en materia de acceso al agua, de supervivencia infantil, de acceso a las niñas a las escuelas, de lucha contra las enfermedades que hostigan a la infancia…), tenemos el conocimiento y sabemos que el éxito requiere concentrar los esfuerzos en los que se han quedado atrás y en soluciones innovadoras. Por eso, no hay tiempo que perder para acelerar los progresos y situarnos en la senda de un desarrollo humano que sea social, económica y ambientalmente sostenible. Este desarrollo debe anclarse también en el respeto de los derechos humanos. Los instrumentos de derechos humanos, como es el caso de la Convención sobre los Derechos del Niño, constituyen auténticos motores de desarrollo. Gracias a su enfoque holístico, el marco que ofrece la Convención permite avanzar en muchos frentes, incluida la construcción de ciudadanía desde la infancia.
¿Cree que la filantropía es útil en la ayuda al desarrollo?
En el trabajo de desarrollo y la lucha contra la pobreza todos contamos, es una responsabilidad compartida. La clave está en utilizar los instrumentos más adecuados en función de las objetivos de desarrollo que nos marquemos y fortaleciendo las alianzas entre todos los actores. Por eso, la filantropía no sustituye la responsabilidad de los Estados en la lucha contra la desigualdad y en la búsqueda de soluciones a los retos globales.
Para nosotros es fundamental este trabajo en red con todos los actores relevantes del ámbito público y privado, doméstico e internacional, porque para garantizar los derechos de la infancia en todo el mundo, todos tenemos que estar implicados.
¿Cómo cree que será el mundo en 15 años?
2015 marca el inicio de un momento histórico, ya que será el año en el que se definirá la nueva Agenda de Desarrollo Sostenible. Tenemos 15 años por delante para conseguir un verdadero cambio en nuestras sociedades, en nuestras economías, en nuestra relación con el planeta… y conseguir, así, que los derechos humanos, la dignidad y la prosperidad sean realidad para todos los niños del mundo, no sólo para unos cuantos.
Para conseguirlo, tenemos unos protagonistas de excepción a los que hay que dar más voz, millones de niños y niñas que en 15 años serán adultos y que tienen mucho que decir sobre el mundo en el que desean vivir.
SERÁ ÚN MUNDO DE OCIO, DONDE TRABAJEN LOS ROBOTS, EMINENTEMENTE  TECNOLÓGICO.

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