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sábado, 11 de febrero de 2017

LAS BASES DE PEODEMOS PIDEN UNIDAD A IGLESIAS Y ERREJÓN

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias, este sábado, en Vistalegre

Iglesias y Errejón ocultan su pugna y cargan ambos contra el PP y el PSOE


El líder de Podemos llama a la unidad en la apertura del congreso de Vistalegre 2

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha abierto el segundo congreso de Podemos con una llamada a la unidad interna. "El ensimismamiento y la división trabajan para el enemigo", ha proclamado Iglesias, recibido entre gritos de "¡unidad, unidad!" y "¡presidente!" por alrededor de 8.000 simpatizantes que han llenado el Palacio de Vistalegre, en Madrid. Las apelaciones a la unidad han marcado la primera jornada del cónclave: las bases no han parado de corearla, evidenciando su protesta y presionando a la cúpula, y esta ha sido también una de las ideas centrales en los discursos de los dos máximos dirigentes que pugnan en el congreso, Iglesias y su número dos, Íñigo Errejón. Ambos se han esforzado en rebajar el tono de su enfrentamiento, y han cargado contra el enemigo común: las élites y los dos principales partidos, el PP y el PSOE.
Iglesias ha pedido a Errejón un congreso de "fraternidad, unidad e inteligencia", antes de centrar sus críticas en el PP y el PSOE, a quienes identifica como el establishment. "Soy de izquierdas, pero no me creo la geografía parlamentaria, que el PP esté en la derecha y PSOE en la izquierda. Son los representantes del proyecto de las élites". El líder habla de una "nueva Transición" surgida tras el 15-M, y de la necesidad de un "impulso constituyente". Las posibilidades de cambio se mantienen, entiende, porque "todavía no se ha podido construir un nuevo contrato social".


Podemos no se detiene ante su voluntad de llegar al Gobierno, y la ventana de oportunidad sigue abierta, considera Iglesias. "El viento del cambio sigue soplando", ha subrayado el líder de Podemos. "Estamos llamadas a gobernar, a cambiar las cosas, a liderar un bloque histórico con las fuerzas hermanas y con la gente". Ante un Gobierno "de restauradores", y en una "nueva España que va sin pausa y sin miedo", que no tolera la corrupción y la precariedad, el secretario general ha pedido una "alianza intergeneracional" para "construir un nuevo país".
El mismo discurso antiélite ha desarrollado Errejón, que ha intervenido solo, tras el líder, para defender su ponencia política con la que confronta con Iglesias. Interrumpido a ratos por los simpatizantes con gritos de "¡unidad!", Errejón ha señalado que "los de arriba están débiles, no hay que concederles ni un minuto de prórroga". El número dos ha tenido palabras muy duras contra el PP: "Tened cuidado si el siguiente congreso lo tenéis que hacer en un centro penitenciario".
Errejón se ha quejado de que el PSOE haya definido como su enemigo a batir el populismo, "que es como le llaman al cambio quienes llevan mucho tiempo lejos del pueblo". "Pues aquí estamos", ha afirmado con tono desafiante. El número dos ha insistido en el que es uno de los elementos centrales de su tesis política con la que se enfrenta al líder. Podemos no ha llegado a la política española para ser una formación "simpática" que se limite a la protesta. "No hemos venido a cantarles las cuarenta, hemos venido a enseñarles la puerta de salida".
El clima de enfrentamiento sobrevuela el congreso pero tanto Iglesias como Errejón han puesto esfuerzos en rebajar el tono. El número dos ha saludado a todos en el partido, "levanten el puño, hagan la uve o abran la mano", en alusión a los tres símbolos en los que se referencian las corrientes del Podemos, que ya todos asumen como definitivas.
El secretario político se ha comprometido a que el cónclave sirva de catarsis: "Este va a ser nuestro congreso del sí se puede: ¡unidad, orgullo, ilusión y victoria!". El frentismo se diluía en una gran escenificación de compañerismo hasta que Iglesias ha subido al escenario a defender su candidatura como secretario general, en la que su único rival es el diputado andaluz Juan Ignacio Moreno Yagüe. El líder ha utilizado ese tiempo para promocionar a los miembros de su lista a la dirección, lo que ha soliviantado a los errejonistas. La clave es que esa es la votación determinante, la de la dirección, e Iglesias necesita ganarla para no dimitir. 
Al final, Iglesias ha citado directamente a Errejón. "Hablar de mi proyecto para la secretaría general es hablar de Íñigo Errejón y de Miguel Urbán. Cuento con vosotros, compañeros". En realidad, el líder ha puesto al mismo nivel al número dos y al cabeza de lista de Anticapitalistas, ambos como representantes de dos corrientes en el partido.
Las bases reclaman consenso y acabar con la división interna, y en ese sentido se explica que la ovación principal la haya recibido el cabeza de lista de Anticapitalistas, Miguel Urbán, al grito desgañitado de "¡En Vistalegre no hay enemigos internos!". El Palacio de Vistalegre ha vibrado, pero las vibraciones no eran festivas, sino de protesta.
Menos de tres años después de que Pablo Iglesias proclamara en el Palacio de Vistalegre en Madrid que "el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto", lo que en realidad fue ya entonces una llamada a la unidad interna, Podemos afronta su segundo congreso estatal fracturado en dos mitades. El líder y su número dos, Íñigo Errejón, confrontan sus proyectos y, de facto, dirimen el liderazgo de la formación. Ambos se juegan su futuro, y el del partido.
“Que sepa todo el mundo que no voy de farol”, avisó el viernes por última vez Pablo Iglesias. Se irá, insiste en público y en privado, si pierde el órdago. El líder ha convertido el congreso de Podemos en un plebiscito sobre su liderazgo, aunque quien fue su mano derecha y ahora encabeza su principal corriente crítica, Íñigo Errejón, no se postula al cargo de secretario general. Pero Iglesias se ha comprometido a dimitir si su lista a la dirección y sus documentos político y organizativo pierden contra los de Errejón, a pesar de que será refrendado con toda probabilidad como líder en la votación separada al secretario general. O lo gana todo o se marcha.
Las bases están votando desde el pasado sábado hasta hoy a las ocho de la tarde. A las dos de la tarde la participación había superado las 146.019 personas.
ME HE PREGUNTADO MUCHAS VECES, SI NO HABRÁ GENTE INFILTRADA EN PODEMOS, PARA HOSTIGAR LA UNIÓN YA ASÍ DEBILITAR EL PARTIDO. 

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