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jueves, 17 de septiembre de 2015

UNA CATALUÑA INDEPENDIENTE NO TIENE CABIDA EN LA UE

“Cataluña independiente estará automáticamente fuera de la UE”

El Ejecutivo comunitario asegura que "tras una declaración de independencia sería un tercer país y los tratados no se aplicarían".

La Comisión Europea ha insistido este jueves que si una región o una comunidad autónoma de un Estado miembro se declara independiente "estará automáticamente fuera de la Unión Europea". Un portavoz del presidente de la Comisión Europea ha asegurado que Jean-Claude Juncker mantiene la línea marcada por el expresidente Romano Prodi en 2004: "Tras una declaración de independencia sería un tercer país, los tratados no se aplicarían" y esa región "estaría automáticamente fuera de la Unión".
Tanto Prodi como José Manuel Barroso declararon sistemáticamente que esa es la posición de Bruselas. Juncker dijo lo mismo durante la campaña europea, en la primavera de 2014. 10 días antes de las elecciones catalanas, su portavoz no se ha apartado un solo centímetro de esa línea.
"Si una parte de un Estado miembro deja de ser parte de ese Estado porque el territorio se convierte en un país independiente, los Tratados ya no se aplicarían a este territorio y la nueva región independiente, de facto por su independencia, se convertiría en un tercer país respecto a la Unión Europea y podría solicitar convertirse en miembro de la Unión", ha explicado en rueda de prensa Margaritis Schinas, portavoz del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
La hipotética declaración de independencia de Cataluña, en caso de que las fuerzas favorables al secesionismo —Junts Pel Sí y la CUP— materializaran su iniciativa si ganan las elecciones autonómicas del 27-S, abrió la incógnita de qué ocurrirá con su estatus dentro de la UE. La Comisión Europea se ha pronunciado con desigual énfasis desde que comenzó el proceso soberanista, aunque en los últimos meses los dirigentes europeos han dejado claro que la declaración unilateral de independencia provocará la salida de Cataluña de la UE, que se pondría a "a la cola" —como manifestó el primer ministro británico, David Cameron, a princios de este mes en La Moncloa— de los países que desean ingresar como Estado miembro.
Muchos dirigentes del Gobierno y del PP se agarraron inmediatamente a esas declaraciones del portavoz europeo para ratificar su tesis de que una Cataluña declarada independiente se quedaría fuera de la UE. Rajoy fijó también esa posición en Antequera: “Yo creo que eso es así; basta simplemente con leer los Tratados, si se produce una salida de parte de un país de ese país, evidentemente supone también la salida de Europa”. El jefe del Ejecutivo añadió su convencimiento de que en Cataluña “al final el sentido común se va a imponer y desde luego lo deseo como presidente del Gobierno, pero lo deseo profundamente como español que soy y que me siento, y como persona que forma parte de un país que es el país más viejo de Europa, porque somos los que más tiempo llevamos viviendo juntos”.
EL PAÍS publicó este miércoles el informe de la Fundación Alternativas, coordinado por Diego López Garrido, exsecretario de Estado para la UE con el PSOE, en el que se advierte de que Cataluña quedaría fuera del sistema del euro y de todos los organismos internacionales de los que forma parte España, además del espacio Schengen.
El pasado abril, la Comisión Europea reiteró su posición respecto a la potencial independencia de Cataluña. Para el Ejecutivo comunitario, la secesión tendría una primera repercusión automática: su salida inmediata de la Unión y su consideración como un "país tercero". Los dirigentes europeos han sostenido que tendría que dar los mismos pasos que cualquier otro país que quisiera pertenecer al bloque comunitario. El propio presidente del Ejecutivo comunitario, el socialcristiano luxemburgués Jean-Claude Juncker, manifestó en julio de 2014 que "uno no se convierte en miembro de la UE mandando una carta".
En noviembre del año pasado, Bruselas no era aún contundente en su postura y evitó pronunciarse sobre el resultado del plebiscito del 9-N y sus posibles consecuencias. "No es el papel de la Comisión expresar opiniones sobre cuestiones de organización interna que tienen que ver con el orden constitucional de los Estados miembros", explicó entonces un portavoz del Ejecutivo comunitario.
Juncker continuaba así la línea marcada por el anterior equipo de José Manuel Durao Barroso, que eludía responder de forma expresa sobre la repercusión que tendría la independencia catalana. Sin embargo, ya se escuchaban voces de varios miembros de la Comisión en relación al proceso catalán y al referéndum escocés, en el sentido de que si una parte de un Estado miembro alcanzase la independencia pasaría a ser un "tercer país" con respecto a la Unión y debería solicitar el reingreso. Posición que mantiene en estos momentos el Ejecutivo comunitario.
HAY MUCHOS CATALANES ENGAÑADOS EN EL SEPARATISMO.

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